martes, 16 de junio de 2009

Tiempo muerto



Que se pare el mundo!!!!, es la única solución que encuentro a mi problema de incompatibilidad de horarios. Me agobian hasta las cosas que están planificadas con fines ociosos, envidio la vida de un granjero o quizá la de un pastor. En estos momentos antisociales necesitaría ser un ermitaño. Qué cojones y perdón por la expresión es un liev motiev???? Para que hay que saberse la tirada de todos los periódicos de España???. Y que más da que un periódico de Corea del Sur se haya dado cuenta de la importancia de Internet…y porque los ciudadanos tienen que ser periodistas??? Yo no puedo ser bombero.

Un mal día te puede tocar a tí

lunes, 1 de junio de 2009

YO TE QUERRÉ SIEMPRE, ¿Y TÚ A MÍ?




Mateo Gil atenta contra las comedias de cine romántico con Dime que yo, el nuevo cortometraje protagonizado por uno de los grandes del cine, Fele Martínez, conquista al público con unos brillantes 15 minutos que expresan en todo su esplendor la realidad del querer. Con este corto el director nos transporta a una realidad algo madura, difícil de entender por un público joven. La genialidad del invento la encontramos en la premisa de que el amor es puro egoísmo. El inicio es contundente y original en los rótulos que muestran como el yo o el mi son los pronombres personales que más usan los humanos cuando de sentimientos se trata.

El final, un claro guiño quizá demasiado convencional, va dirigido a aquellas comedias románticas que aturden hasta los más sentimentales. Gil nos da en este corto las claves necesarias para entender el tema del amor universal desde un punto de vista más alternativo, pues nos dice como es el amor, pero también nos deja las puertas abiertas a encontrar lo que buscamos en lo desconocido. Viva el amor, aunque sea egoísta, sería el grito de guerra de este director canario.

En Dime que yo se habla de lo que cada uno quiere oír del otro, de cómo necesitamos sabernos queridos y necesitados y de cómo al llegar a casa y vernos solos sentimos miedo. Lo más absurdo, es que estamos llegando a la ironía de que preferimos que nos mientan a pesar de lo obvio y así sentirnos felices, que conocer la verdad.

La actuación de Fele, desbordante al igual que la de ella, Judith Diakhate, es impresionante, pues a pesar del final rocambolesco no parece demasiado sobreactuado y saben atarlo bien. La música de Rafael al final del cortometraje le da la clave de humor necesaria para entender la reflexión final de la historia, y porque no, también le concede un toque de humor muy logrado.